Aunque muchas personas utilizan indistintamente los términos “préstamo” y “crédito”, en realidad no son lo mismo. Ambos son productos financieros muy comunes que permiten acceder a dinero para cubrir una necesidad o realizar una inversión, pero su funcionamiento, condiciones y finalidad difieren. Entender bien la diferencia es fundamental para elegir la opción más adecuada según el caso, especialmente cuando se busca financiación personal o empresarial.
Qué es un préstamo
Un préstamo es una operación en la que una entidad financiera entrega al cliente una cantidad de dinero fija al inicio del contrato. A cambio, el cliente se compromete a devolver ese importe en un plazo determinado, junto con los intereses pactados.
La principal característica del préstamo es que el dinero se recibe de una sola vez y se empieza a devolver de forma inmediata según el calendario de pagos. Los préstamos suelen tener cuotas mensuales fijas, donde cada cuota incluye una parte de capital y otra de intereses.
Por ejemplo, si una persona pide 10.000 € para comprar un coche, el banco le entrega el dinero íntegro y el cliente lo devuelve en 5 años con una TAE determinada. Desde el primer mes comenzará a pagar la primera cuota.
Características básicas de un préstamo:
- Entrega única: se recibe todo el dinero al inicio.
- Devolución en cuotas fijas: cada mensualidad incluye capital e intereses.
- Plazo determinado: el contrato tiene fecha de finalización.
- Intereses sobre el total: los intereses se calculan sobre todo el importe recibido.
- Uso cerrado: se solicita para una finalidad concreta (coche, reforma, estudios…).
Qué es un crédito
El crédito, en cambio, funciona de manera más flexible. La entidad pone a disposición del cliente una línea de dinero hasta un límite máximo, que el cliente puede usar total o parcialmente según sus necesidades. Solo se pagan intereses por la cantidad realmente utilizada.
El ejemplo más común es una tarjeta de crédito: el banco autoriza un límite de 3.000 €, pero si solo se usan 1.000 €, los intereses se aplicarán sobre esos 1.000 €.
Este tipo de producto resulta ideal para empresas y autónomos que necesitan liquidez puntual para cubrir desfases de tesorería o gastos variables.
Características principales de un crédito:
- Disposición flexible: se puede usar solo la parte necesaria.
- Pago de intereses solo sobre lo utilizado.
- Renovable: el límite se restablece cuando se devuelve el dinero.
- Sin plazo cerrado: suele funcionar por periodos anuales o renovables.
- Mayor coste nominal: los intereses y comisiones suelen ser más altos.
Diferencias clave entre préstamo y crédito
| Concepto | Préstamo | Crédito |
|---|---|---|
| Forma de entrega | Se recibe todo el dinero al inicio | Se dispone según necesidad |
| Intereses | Sobre el total recibido | Solo sobre el dinero usado |
| Plazo | Fijo y determinado | Renovable o abierto |
| Finalidad | Compra o inversión concreta | Liquidez o imprevistos |
| Cuotas | Fijas mensuales | Variables según uso |
| Ejemplo típico | Préstamo personal o hipotecario | Tarjeta de crédito o línea de crédito empresarial |
Ejemplos prácticos
- Ejemplo de préstamo personal:
Marta quiere comprar un coche nuevo y pide un préstamo de 15.000 € a 5 años. Recibe el dinero de una vez y paga una cuota fija de 285 € al mes hasta saldar la deuda. - Ejemplo de crédito al consumo:
Juan tiene una tarjeta de crédito con límite de 2.000 €. Este mes usa 800 € para un viaje. Solo pagará intereses por esos 800 € y, cuando los devuelva, podrá volver a disponer del límite total. - Ejemplo de línea de crédito para empresa:
Una pyme de construcción necesita liquidez para pagar materiales antes de cobrar una obra. Su banco le concede una línea de crédito de 50.000 € durante un año. Solo paga intereses por las cantidades dispuestas y puede reutilizar el dinero a medida que lo devuelve.
Cuál conviene más según el caso
- Para compras o inversiones concretas: el préstamo es más adecuado, ya que se pacta un importe fijo, un plazo cerrado y una cuota estable.
- Para gastos variables o necesidades de liquidez temporal: el crédito es más conveniente, gracias a su flexibilidad y posibilidad de reutilizar el dinero.
- Para empresas o autónomos: las líneas de crédito son esenciales para equilibrar la tesorería.
- Para particulares con buen control financiero: las tarjetas de crédito ofrecen comodidad, pero conviene usarlas con prudencia para evitar el sobreendeudamiento.
Ventajas y desventajas de cada uno
Ventajas del préstamo:
- Permite planificar los pagos con precisión.
- Suele tener intereses más bajos que un crédito.
- Ideal para financiar bienes duraderos.
Desventajas:
- Menor flexibilidad: no se puede reducir o ampliar fácilmente.
- Se pagan intereses por el total del importe recibido.
Ventajas del crédito:
- Permite disponer del dinero solo cuando se necesita.
- Intereses solo sobre lo utilizado.
- Aporta liquidez inmediata.
Desventajas:
- Coste total más alto.
- Riesgo de uso excesivo o acumulación de deuda.
- Comisiones por disposición o renovación.
Cómo elegir entre préstamo y crédito
Antes de decidir, conviene analizar tres factores básicos:
- Finalidad del dinero. ¿Es una compra puntual o una necesidad recurrente?
- Capacidad de pago. Evalúa ingresos, gastos y estabilidad laboral.
- Plazo y coste. Calcula la TAE total del producto, incluyendo comisiones.
Una regla general:
- Si el gasto es puntual y grande, elige préstamo.
- Si el gasto es variable y repetido, elige crédito.
Conclusión
La diferencia entre un préstamo y un crédito no es solo técnica: influye directamente en tu economía personal y empresarial. El préstamo es una herramienta ideal para financiar proyectos definidos; el crédito, para manejar la liquidez del día a día. En Finok ayudamos a nuestros clientes a identificar qué producto se adapta mejor a su situación, comparando condiciones, entidades y tipos de interés para conseguir siempre la mejor opción de financiación.





